Valencia es la tercera ciudad más grande de España y después de visitarla creo que no tiene el protagonismo que debe. Van mis elegidos para recorrerla.

Perderse por sus calles. Lo que más me gustó fue encontrar rostros o “cares d´aigua” que nos cuidan desde los desagües de hierro que van por fuera de las fachadas de edificios y casas. Dice la cultura popular que hombres jóvenes, mujeres, ángeles o niños, son rostros anclados con un único fin, el de la protección.

 Palacio del Marqués de Dos Aguas

Este edificio en el centro no pasa desapercibido y es inevitable no sacarle una foto. La fachada del Museo de cerámica “González Martí” tiene una decoración barroca con abundantes esculturas que sobresalen por todo el edificio y una falsa textura de marmol.

 

Portal de la Valldigna

Es un portal del 1400 que separaba la ciudad cristiana de la morería de Valencia, el barrio del Carmen. Es un portal sin puerta, que toma el nombre del Monasterio de Santa María de la Valldigna (Simat de la Valldigna). Además, ahí se instaló la primera imprenta del Reino de Valencia y de la Península Ibérica.

Casa de los gatos

Como una entrada al país de las maravillas de Alicia, buscamos esta puertita. Es la entrada que creo un artista para los gatos del barrio. Podés leer más sobre esta historia acá.

Donde vale la pena quedarse en la luna de Valencia

La Plaza de la Virgen está en pleno centro y reúne la Catedral, la Basílica de de la Virgen de los Desamparados y el Palacio de la Generalitat Valenciana. Después de todo un día caminando, no hay nada mejor que perderse sentados en esta plaza escuchando el sonido del agua y esperando un rico plato valenciano.

Qué cómer

Una merienda en Heladería Daniel con orxata y fartons. Una bebida compuesta de agua, azúcar y chufas. Obvio, una buena paella valenciana.

Ciudad de las Artes y las Ciencias

Calatrava nos tiene acostumbrados. Es de las cosas más amadas y odiadas de la ciudad, para nosotros fue como llegar a uno de los planetas de Guardianes de la Galaxia. El color blanco prima en los distintos edificio de dimensiones enormes. Es para caminar y descubrir cada detalle de está mini ciudad del futuro. Podés conseguir una vista panorámica desde el último piso del Corte Inglés.

 Un atardecer soñado