Detrás de una estructura de ladrillo con unas llamativas florerías de techos ondulados de cerámicos podemos encontrar el bocadillo favorito del verano valenciano.
No hacia tanto calor ni era verano, pero no podíamos perder la oportunidad de cruzar esa gran fachada del Mercado de Colón y conseguir una mesa en Horchatería Daniel, una de las más tradicionales de la ciudad. Siempre hay gente, no hay filas ni lista de espera, para atrapar una mesa hay que estar bien atentos. De su menú aprendimos que la auténtica horchata valenciana sólo se elabora con chufas de 19 términos municipales. Además, conocimos su perfecto compañero de mesa: fartón.
La famosa bebida dulce es agua, azúcar y chufas. Estos últimos son pequeños tubérculos de color marrón. Su forma es parecida a la avellana y su sabor, una combinación de esta con la almendra. Su textura es como una leche espesa que debe revolverse antes de tomar.
Se sirve en vasos largos y por esta razón crearon un bollo alargado, blando y absorbente que se permite mojar en la horchata. El clásico fartón es simplemente masa esponjosa con glasé, pero hay variantes con nutella, almendras, hojaldrados, entre otros.
El veredicto es indefinido. Salí del mercado sin entender cómo una bebida dulce y pesada puede ser un éxito en verano. Aun así, recomiendo probarla.
¿La bebida de los faraones?
Se cree que la chufa ya se utilizaba en el antiguo Egipto porque dentro de los templos funerarios dedicados a los faraones se encontraron resto de este producto como parte de su ajuar.
