Buenos Aires es una ciudad para mirar con la frente en alto y que mejor que practicar en Diagonal Norte, una de las calles que se mantiene casi igual que a principios de siglo XX y que hizo que se transformara en la «París de Sudamérica». Las cúpulas más hermosas son las que construyeron los hermanos Bencich que forman parte de la “esquina de las cinco cúpulas”, en el cruce con la calle peatonal Florida. Desde el 2015, cuenta con iluminación arquitectónica resaltando su elementos característicos.
Miguel y Massimiliano Bencich, oriundos de Trieste, eran pobres y arrancaron en Buenos Aires como albañiles. Con sus ahorros comenzaron a invertir en construcción en una ciudad que sobraban terrenos y deseaba ser embellecida con grandes fachadas y cúpulas.
Desde una de las cúpulas se accede a un recorrido de 360 grados que permite tener en cada una de sus ventanas una foto panorámica del Microcentro: el Obelisco, las terrazas verdes y las cúpulas vecinas.
Las cúpulas fueron una forma de sobresalir frente a la uniformidad que debían tener los edificios según las estrictas reglas de la «citybeatiful», todo debía tener la misma altura: 67,5 metros (la misma que el Obelisco).
#IHaveThisThingWithFloors
(Tengo algo con los pisos)
Cada uno de los detalles de este edificio es único. Tiene cuatro ascensores originales con la botonera original de 1927. En el hall de entrada aparecen pisos de mármol de carrara y de venecitas originales con más de 100 años de antigüedad. Cada uno de los departamentos cuenta con un diseño diferente.
Oportunidad
Tuve la oportunidad de conocer la terraza de este edificio gracias al evento Open House Buenos Aires, el festival que satisface la curiosidad de conocer la casas de otros. Siempre trato de estar atento a estos evento para poder conocer edificios que suelen estar cerrados al público y que generosamente abren sus puertas de forma gratuita.
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